Cultivo de lúpulo en el suelo
Para crecer de manera óptima, el lúpulo necesita un suelo de textura media con un fondo drenante, lo que significa que no debe haber estancamiento de agua en las estaciones lluviosas.
En el caso de que el suelo sea pesado, es recomendable incorporar una pala de grava finamente partida en la excavación para cada planta.
El pH óptimo del suelo debe estar entre 5,5 y 7,5, por lo que los suelos alcalinos y demasiado ácidos no son aptos para el cultivo, a menos que se corrijan. La materia orgánica debe estar incorporada o presente en el suelo en buenas cantidades.
La preparación del terreno consiste en una excavación profunda, con medios mecánicos o manuales, de al menos 30 cm de profundidad. En el momento del procesamiento, se recomienda incorporar estiércol de vaca/caballo peletizado y cornunghia, en la proporción de 2/3 puñados de ambos, bien mezclados con la tierra de cada planta.
La planta debe plantarse en una posición elevada con respecto al nivel del suelo, de forma que se evite el estancamiento de agua en el cuello.
Es recomendable preparar un mantillo no solo para evitar la persistencia de malas hierbas, sino también para proteger las raíces del sol.De hecho, hay que tener en cuenta que el lúpulo en la naturaleza suele crecer al pie de otras esencias de árboles, manteniendo las raíces a la sombra y el pelo al sol. Los materiales pueden ser variados, desde virutas de madera dura hasta paja, pasando por yute y fibra de coco. Incluso las telas sintéticas pueden estar bien, siempre y cuando dejen que la tierra respire.
Para apoyar a la planta en su crecimiento se aconseja abonar con un abono organomineral granulado de liberación lenta, con alto contenido en potasio y microelementos, a mediados de marzo, a mediados de mayo, e inmediatamente después de la recolección, con las dosis indicadas. Desde el fabricante.
Si no estás familiarizado con el abono granular, tienes miedo a equivocarte o si hay pocas plantas para plantar, te recomendamos utilizar un abono líquido para cítricos, que estará bien para las necesidades del lúpulo. En este caso, la fertilización debe realizarse desde la reanudación vegetativa hasta el descanso invernal (abril-finales de octubre), con las dosis indicadas por el fabricante en el envase.
Como los lúpulos son trepadores vigorosos, es necesario contar con soportes verticales, con una altura superior a los 3m. A menudo se utilizan postes hechos de madera resistente, como alerce y castaño, o postes de hormigón. El metal puede ser un material poco adecuado debido a las temperaturas del verano.
El lúpulo es una planta que, en condiciones de ventilación adecuada y con una fertilización adecuada, es resistente o responde bien al ataque de enfermedades fúngicas, ácaros e insectos.
Las principales enfermedades que se pueden presentar a lo largo del año son:
Mildiú velloso, mildiu polvoriento, araña roja, pulgón, larva de polilla, chinches .
La lucha contra estas enfermedades a menudo se ve dificultada por la falta de productos pesticidas específicos para el lúpulo y por una legislación muy estricta.
La disponibilidad y el uso de productos fitosanitarios es, por tanto, la opción menos fácil de adoptar.
Por ello, se aconseja a quienes deseen emprender el camino del control biológico utilizar:
Bacillus thuringiensis “kurstaki”, Metarhizium anisopliae, Beauveria bassiana por inserción y ácaro;
Bacillus subtilis, productos cúpricos y aceite de piel de naranja dulce (PREV-AM), contra enfermedades fúngicas.
Todos estos productos, si se utilizan en su formato comercial, y en el calendario, pueden jugar un papel fundamental en el cultivo de la planta.
Si en el momento de la compra las plantas están en reposo, no se recomienda sembrar con suelo helado o demasiado húmedo por las lluvias.
Las plantas en maceta se pueden almacenar al aire libre hasta -10/15°C siempre que estén protegidas de la lluvia y se mantengan adecuadamente hidratadas. Por practicidad, un lúpulo MRHOPS debe tener un peso entre 400 y 800gr. Por lo que un peso medio de 500gr indica que la planta está suficientemente mojada. No es recomendable mantener nuestras plantas en la cocina o el salón. Por lo tanto, es recomendable resguardarlos al aire libre en el ático, incluso del sol, como se hace con las plantas en macetas al aire libre.
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